Consecuencias de no tratarse una maloclusión

La Organización Mundial de la Salud (OMS) considera las enfermedades bucodentales como las enfermedades no transmisibles más frecuentes en el ser humano, siendo la maloclusión junto a la caries y la enfermedad periodontal uno de los problemas de salud oral más importantes.

La maloclusión consiste en una posición anómala de los dientes, impidiendo que estos se relacionen adecuadamente entre sí, con consecuencias estéticas y funcionales, y siendo un factor añadido a la posibilidad de desarrollar alteraciones en todo el sistema estomatognático.

La principal consecuencia y motivo de consulta de las maloclusiones es la estética de la sonrisa. La apariencia de la boca tiene un impacto directo en nuestra autoestima y desarrollo personal, por lo que una boca poco cuidada puede acarrear en una menor aceptación social, lo que impida al individuo evolucionar.

Unos dientes malposicionados dificultan sustancialmente el cepillado oral. El apiñamiento dental favorece la retención de placa y la posterior formación de sarro, lo cual mantenido en el tiempo puede acabar en una enfermedad periodontal activa con consecuencias que ya hemos explicado en este blog.

La maloclusión hace que los pacientes deban adoptar posiciones inadecuadas de la mandíbula para intentar engranar lo mejor posible los dientes superiores con los inferiores. Ese sobre esfuerzo de la mandíbula y todo el aparato estomatognático hace que con el tiempo se produzcan dolores y alteraciones en la articulación temporomandibular (ATM) y que se pueda desarrollar un cuadro de bruxismo.

Hablar, masticar o respirar también tienen relación directa con la maloclusión. La posición de la lengua a la hora de pronunciar ciertas sílabas puede verse alterada si los incisivos no están bien colocados de forma que la lengua quede colocada donde debe. Los mismo ocurre en la masticación si las muelas no permiten triturar el bolo alimenticio, produciendo problemas en el aparato digestivo. También pacientes con un desarrollo deficiente del maxilar superior suelen presentar problemas como la respiración oral, que deriva en una mordida abierta produciendo una deformación visible de todo el aparato estomatognático.

Todo ello puede evitarse acudiendo al ortodoncista desde una temprana edad, para controlar la erupción y recambio dentario y el desarrollo de los huesos maxilares. Tampoco la edad es un impedimento hoy en día para realizarse un tratamiento de ortodoncia, ya que cada vez más adultos se someten a estos tratamientos para arreglarse malposiciones dentales que en su día no pudieron.

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